Según Galtung, intelectual
pionero de la perspectiva teórica de la construcción de paz por medios
pacíficos, más que un “estado” de ausencia de guerra, la paz es una “dinámica”
de transformación de condicionantes estructurales
y culturales que generan los conflictos.
Siguiendo tal enfoque, como óptica para
el proceso de paz entre el Estado Colombiano y las FARC que hoy inicia -y
esperamos que el ELN también lo haga- nos permiten dilucidar aspectos
interesantes si los acuerdos de las negociaciones pueden influir en transformar
los conflictos sociales, económicos, políticos, ambientales de Colombia.
En este caso, a diferencia de lo que
pasó en El Caguán la agenda está limitada a cinco puntos de los cuales existe
sólo uno que toca transformaciones en el Estado y en la Sociedad: la cuestión
de la tierra; esta apretada agenda, aunque representa una ventaja para los
negociadores, se convierte en dificultad para la generación de cambios en el
“status quo”; con el agravante que este país es uno de los más desiguales en el
mundo.
Claro está que los acuerdos nos
permitirán iniciar el camino hacia la paz, sin embargo, sería iluso pensar que
la Paz se consumará con su firma; la ausencia de guerra (La Paz Negativa), la
cual se concretaría con la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las
guerrillas sería la piedra angular del proceso-, pero sólo sería el paso
inicial de la búsqueda de otras paces (positivas y culturales) que permitirán trascender
los “múltiples conflictos” resultado de acumulados históricos y generados a
partir de las actuales dinámicas contemporáneas.
Es precisamente allí donde, la visión
nacional de la paz, queda corta para resolver en el detal los conflictos
locales y regionales que obedecen a personas, a intereses y a situaciones
concretas, por tanto es necesario generar escenarios, prácticas y un marco
regulador que permita transformarlos. En tal sentido se deberían activar
dispositivos de amplia participación local, regional y nacional que permitan la
construcción de una democracia que centre sus esfuerzos pensando tanto en el
escenario postconflicto, como en acciones concretas que transformen las
estructuras que contribuyan a la
eliminación de la desigualdad, el racismo y la exclusión que el actual sistema
que la genera.
El reto es inmenso, el legado de los acuerdos deberá ser que "ya nadie más será eliminado en razón de su conciencia o de su ideología" y que se generen canales que permitan la competencia ciudadana por el poder bajo reglas democráticas.
A partir de esta base, debemos iniciar la construcción de las "otras paces", desde allí debemos
iniciar a trabajar en los diferente niveles del país en el postconflicto, hacer acompañamiento y
reivindicación de las víctimas, intervenir en los territorios afectados históricamente,
reparar su daño, reconstruir su identidad y generar mecanismos de reconciliación
con la sociedad y con el Estado.
De otro lado, prepararse enfrentar las
mafias, la corrupción, el paramilitarismo, la violencia generalizada, la
desigualdad, la política como negocio, la depredación ambiental, nuevas
dinámicas de control de negocios ilícitos, la exclusión política; y generar
políticas sociales fuertes, generar escenarios legítimos de participación
política y un pacto social de inclusión, equidad, convivencia y desarrollo
humano y social.
Es menester trabajar también por una
cultura de paz y convivencia que permita transformar, por un lado la cultura
traqueta, pero por otro lado la cultura mercenaria, en aras de una cultura de la solidaridad,
del respeto hacia los otros y del trabajo como miedo de ascenso social.
Las instituciones tendrán por misión,
promover la prosperidad, pero también –y sobre todo- generar igualdad y diseñar
un sistema de incentivos que permita valorar el trabajo como elemento
fundamental de reconocimiento y de ascenso social, así como generar condiciones
para la justicia social y la justicia de la justicia.
Ahora, en estas circunstancias ¿cuál
sería nuestro que-hacer, cuál sería nuestra búsqueda inmediata?. Desde mi opinión, considero
que desde el barrio, el pueblo, la ciudad, la región y el país, debemos apoyar y presionar para que se firmen los acuerdos y seguidamente iniciar
el ejercicio de construcción de escenarios amplios de discusión social y
política para canalizar nuestras luchas, nuestras ilusiones, que nos permitan generar los cimientos de ese lugar común en el que
quepamos todos, en donde se tramiten los conflictos de manera pacífica y se
construyen escenarios colectivos y perdurables de ciudad, región y país. Esa debe ser nuestra búsqueda!.
Post Data.
Adjunto relaciono los documentos más importantes que he encontrado sobre el proceso de paz. Absolutamente recomendados.
1. Infografía sobre el proceso de paz en Colombia. Del Diario
Ultimas Noticias @unoticias : http://www.ultimasnoticias.com.ve/infografias/proceso-de-paz-en-colombia.aspx
2. Artículo "Sólo Santos tiene las llaves" Entrevista de
@KienyKe a Alvaro Leyva Durán: http://www.kienyke.com/historias/santos-solo-tiene-una-de-las-llaves-dice-alvaro-leyva/
3. Artículo "La Paz un Proceso hacia la Democratización Plena
del País" de @piedadcordoba en @justiciaypazcol http://justiciaypazcolombia.com/La-Paz-un-proceso-hacia-la
4. El conflicto armado de Colombia en Cifras. Del Diario Ultimas
Noticias @unoticias: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/mundo/el-conflicto-armado-de-colombia-en-cifras.aspx