domingo, 30 de septiembre de 2012

El Agua: Nuestra Mayor Riqueza?


A propósito de la Tamboreada por el Agua que Somos el Próximo 12 de Octubre.

Acabamos de avizorar la primera etapa de uno de los más fuertes veranos en Santiago de Cali, el Río Cali tuvo el nivel de caudal más bajo de su historia, se puso en riesgo del abastecimiento del 20% de los habitantes de la ciudad, los sectores más pobres de las comunas 18 y 20 sufrieron las consecuencias, de cortes temporales porque llueve o porque no llueve –como suele suceder en el municipio- pasamos a cortes permanentes que iban ampliándose durante semanas, por esos días aumentaron las plegarias para que en Cali lloviera, plegarias que reflejan la culpa de constantes y sistemáticos descuidos, por esa época los 7 ríos de Cali fueron importantes.

Como llovió y -como también suele suceder en Cali- el asunto ya dejó de ser prioridad, pero la gente está advertida de una larga temporada cambios climáticos que trascenderán los comportamientos habituales del fenómeno del niño.

Este llamado de atención debería ser suficiente advertencia de la importancia del agua la vida de la ciudad, sin provisión de agua no hay posibilidades de civilización, los límites de Cali serán trazados a partir de la capacidad de consecución de sus fuentes, el crecimiento la ciudad, depende de la cantidad de agua que pueda abastecerse.

Cali, hizo su apuesta por aprovechar el río Cauca como su fuente más cercana, decisión apenas lógica en su tiempo, sin embargo, nadie ha dado explicaciones técnicas sobre ¿por qué las bocatomas de agua que surte la mayor parte del agua de Cali están ubicada en Puerto Mallarino muy debajo del antiguo basurero de Navarro y del Canal CVC Sur?, tampoco se tuvo en cuenta que las empalizadas, la falta de oxígeno y los riesgos concomitantes de contaminación del Río, generaran constantes interrupciones en el tratamiento y distribución del líquido; situación que genera serios cuestionamientos respecto de la calidad y regularidad del abastecimiento del 70% de la ciudad.

En el caso de otras fuentes de agua, se han presentado conflictos por el establecimiento de bocatomas que afectan los caudales de los ríos en épocas de verano, afectando la regularidad de su caudal, en esta situación se encuentran los ríos Cali, Meléndez y Pance.

En el caso de fuentes subterráneas de agua, el director de la CVC en su entrevista inicial de posesión, fija como prioridad su utilización para consumo industrial y agrícola más que para consumo humano.

En tales circunstancias es pertinente preguntarse sobre si el tema del abastecimiento del agua ha tenido la suficiente importancia en la construcción de nuestra ciudad?. Las Autoridades fijan el “mediano y el largo plazo” como escenarios para solución definitiva de los problemas que tiene Cali en este tema, pero se intuye que el problema más profundo: será acaso que Cali como ciudad ha llegado al borde de sus propias posibilidades? ha llegado a su límite?.

En todo caso nuestra vida sigue, pero también las “afugias” de nuestro diario vivir y la más perentoria de ellas resolver el problema del agua. Es necesario que se empiece a trabajar el ordenamiento de la ciudad-municipio en torno al agua, en la actualidad anda rodando una propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial sería pertinente ante las actuales circunstancias que se planteara la recuperación de los ríos alcantarilla, la recomposición y mejoramiento de las cuencas, la preservación a como dé lugar nuestro gran banco de agua, esa inmensa esponja verde y imponente denominada el parque Nacional Los Farallones acosado por la minería ilegal, la tala de árboles y las invasiones ilegales.

Que el agua que ahora hiede por cloacas sea aprovechada, se vuelva nuestra principal riqueza, nuestro principal recurso público inalienable (porque no faltarán las multinacionales encantadas de vendernos lo que es de todos) que nos garantice salud y buen vivir, que podamos dejar de estar pensando en los problemas de abastecimiento y calidad y se empiece a garantizar de manera efectiva el mínimo vital.

Que se fijen políticas de la preservación de los acuíferos, -recursos no renovables-, como reserva para la preservación humana más que para su utilización en empresas privadas.

Por ahora, l@s ciudadan@s caleñ@s deberemos acostumbrarnos a pensar en el agua en términos de escasez, pagar recibos caros por su tratamiento, soportar constantes racionamientos y sentarnos a añorar de nuestra otrora abundancia, de nuestros siete ríos, depredados, secos, entubados y en estado deplorable, de esa riqueza que al cabo del tiempo, por nuestra propia negligencia e incapacidad se convirtió en nuestra mayor carencia, nuestra mayor pobreza.